lunes, 19 de febrero de 2018

“ARREPENTÍOS Y CREED EN EL EVANGELIO”

Una vez más nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión», que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.

El papa en su mensaje de cuaresma para este año 2018, nos dice que “Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (1 Tm 6,10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos. Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra aquellos que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas”.

La CUARESMA nos ofrece un periodo de reflexión sobre el sentido de nuestra fe y labor como cristianos.
Jesucristo vino al mundo para servir a la humanidad y no para ser servido. Por ello, debemos plantearnos si realmente hemos adquirido el sentido de la palabra de Jesús en nuestro caminar en el mundo.

PERDONAR-SERVIR-AMAR
Esas son las 3 palabras que Jesús nos pide que reflexionemos en este tiempo y busquemos dentro de nosotros si tenemos hambre amor, ganas de servir y sed de perdón. La cuaresma viene inmersa en un tiempo de oración (debemos escuchar a Cristo para saber que quiere de nosotros), de ayuno (intenta saciar el hambre de tu prójimo desprendiéndote de todo aquello irrelevante en tu vida) y de limosna (qué necesita el otro que yo pueda darle). Si no aprendemos a ver en los demás a Cristo, difícilmente le daremos sentido a nuestra vida como cristianos.

Ramón Herrera Serrano
Vocalía de Formación.

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